martes, 10 de enero de 2012

SEGUNDA PARTE. CAPÍTULO XXXIX. LA DOLORIDA CONCLUYE SU HISTORIA




Las palabras de Sancho le caían bien a la duquesa, pero don Quijote temió que se excediera y le mandó que se callara. La Dolorida continuó contando su desgracia: debido a que  la princesa Antonomasia se mantenía en lo que le había prometido a Clavijo, el vicario,  de acuerdo con la ley, se vio obligado a casarlos. Cuando esto se produjo, tanto disgusto le causó a la reina Maguncia que a los tres días murió. Sancho, interrumpió el discurso de la Trifaldi y dijo que se sorprendía de que le hubiese afectado tanto a la reina, pues según él, “con la vida muchas cosas se remedian” y además, no debería habérselo tomado tan mal, ya que Clavijo, no era ningún criado de la casa, sino un caballero gentilhombre y, como decía su amo, “así como se hacen de los hombres letrados los obispos, se pueden hacer de los caballeros, y más si son andantes, los reyes y los emperadores”.

Don Quijote le dio la razón a Sancho sobre la importancia de los caballeros andantes y sospechó que el final de la historia no sería bueno.

La Dolorida, después de citar un verso de la Eneida,  prosiguió diciendo que cuando apenas fue cubierta de tierra la sepultura de la reina, se presentó sobre un caballo de madera su primo hermano, el malvado gigante y encantador Malambruno (personaje de las canciones de gesta y del romancero español). Para vengar a su prima castigó la osadía de Clavijo y la demasía de Antonomasia:  los encantó allí mismo, transformándolos en una jimia (mona) de bronce a ella  y a él en un espantoso cocodrilo de metal. Además,  puso entre los dos una lápida con esta inscripción: “No cobrarán su primera forma estos dos atrevidos amantes hasta que el valeroso manchego venga conmigo a las manos en singular batalla…”A continuación sacó su alfanje y cogiéndola por los cabellos le hizo ademán de cortarle el cuello. La salvó las súplicas que le hizo,  pero no satisfecho, llamó a todas las dueñas del palacio y les dijo que las castigaba “con una muerte civil y continua”: todas las dueñas se descubrieron la caras y mostraron las barbas que les habían crecido: unas rubias, otras blancas, otras negras, otras abigarradas.

La Trifaldi continuó lamentándose de las desgracias que llevaban, diciendo que si ya las dueñas, estando bien y arreglándose, no tienen quien la quiera, ¿cómo lo conseguirá, si tienen barbas?





Comentario.

Entre las interpretaciones que la crítica cervantina ha dado a la historia de la Dolorida, destaco tres:
a)      La del profesor Casalduero. Interpreta el grupo escultórico que crea Cervantes encima de la tumba de la reina, como una recreación de la Humanidad, caída por la tiranía de sus bajas pasiones: no olvidemos que la princesa Antomomasia se deja llevar por sus instintos ante la lascivia de Clavijo. Será la pureza y castidad de don Quijote, según reza en el padrón de metal que hay en la tumba, el que los ha de devolver a su estado primero.

b)      R. Fernández y A. Rodríguez, en la NRFH, comentan el texto de la Dolorida, desde las consecuencias morales de aquellos actos humanos contrarios a la castidad. La estructura así lo justifica: a) la “narradora”, actúa con un enfoque de celestina ; b) Antonomasia es “la estopa que con consecuencias trágicas prende fuego inevitablemente en contacto con el fuego que es Clavijo”; c) éste es el término masculinizado de “clavija”, con el sentido de “trozo cilíndrico que se usa para tapar un agujero”, cuya onomástica reflejaría el impulso sexual del joven. Los impedimentos de tipo político conducen a la trágica muerte de la reina-madre; d) la aparición justiciera de Malambruno conlleva el encantamiento de la pareja desquiciada. e) "En todo el relato que llega hasta el público lector, hay una intención de moralidad que, a pesar de la capa de comicidad que todo lo tiñe, pretende una aleccionadora derivación ética de una determinada serie de experiencias humanas".

c)       Estos mismos autores estudian la transformación zoomórfica de los protagonistas, convertidos, por obra de Malambruno, ella en jimia y él en cocodrilo. Llegan a la conclusión de que dicho cambio podría estar apoyado en los bestiarios medievales, cuya simbolización sería la de lujuria, por parte de la jimia y la de hipocresía, por el cocodrilo.

d)      Ángel Rosemblat, en La lengua del Quijote, interpreta el verso de la Eneida que dice la dueña Dolorida: “¿quién oyendo esto contendrá las lágrimas?”, como “un elemento más de la divertida tramoya que arma el mayordomo de los duques para divertir a todos a costa de don Quijote…se debe a puro juego cómico que el mayordomo que hace de dueña Dolorida prorrumpa, por medio de su bufonesco relato, con estos latines de la Eneida”.

e) El profesor de la Universidad de Lyon Louis CombeT, cuando comenta este capítulo se centra en dos temas: a) La presencia del gigante Malambruno , que viene en un caballo volador, de madera el día que van a enterrar a su pariente, la reina madre, por la afrenta que le hicieron la princesa Antonomasia y don Clavijo. Malambruno, que es encantador, convierte a la infanta en una jimia de bronce y a Clavijo en un cocodrilo, Castiga también a las dueñas haciendo que le salgan hirsuta barbas. Le dice Malambruno a don Quijote que para desencantarlas se ha de enfrentar a él en el lejano país de Cendaya; b) el segundo aspecto que resalta en su comentario es el de la parodia que el capítulo hace de los libros de caballerías por las metamorfosis de de personajes en animales y la intersexualidad: mujeres con barbas. A partir de aquí comenta las diferencias entre las dos partes del Quijote: la Primera, "optimista y jovial": en esta Primera, las diversiones tienen como protagonistas a los compasivos amigos de don Quijote: el cura y el barbero; en la Segunda es" más pesimista y desengañada" y van desde el desencantamiento de Dulcinea a el fracaso de don Quijote. En esta segunda parte, las burlas organizadas por los duques son hirientes, pues son unos ricos ociosos. 
 

Una vez más, en el texto cervantino, vemos aletear, dentro del marco cómico y burlesco, una perspectiva moral, ahormada en secuencias que, como guías de conducta,  nos recuerdan la Celestina, a la que Cervantes calificó como  "un libro divino si encubriera más lo humano"


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