Don Quijote
había pasado la noche desvelado porque las palabras de Altisidora habían
actuado “como pulgas”, pero “como es
ligero el tiempo y no hay barranco que le detenga”, llegó la mañana, se
vistió solemnemente y, con gran gravedad, salió a la antesala en la que lo
esperaban los duques. Al pasar por la galería se encontró con Altisidora y su
amiga Emerencia. La primera fingió desmayarse y al acercarse don Quijote la
otra lo llamó desagradecido. Don Quijote le pidió un laúd para desengañar a la
joven enamorada aquella noche, pues “en
los principios amorosos los desengaños prestos suelen ser remedios calificados”.
Tras lo cual se marchó rápidamente para que no lo viesen hablando con la
doncella.
Las jóvenes
informaron a la duquesa de la petición de don Quijote; los duques concertaron
para esa noche una nueva burla. La duquesa despachó a un paje para que le
llevase a Sancho sus cartas y alguna ropa.
Cuando don
Quijote entró a acostarse encontró en el dormitorio una vihuela y, templándola (la rasgueó para probarla), le cantó a Altisidora el siguiente romance que le había compuesto: “Suelen
las fuerzas de amor / sacar de quicio a las almas, / tomando por instrumento /
la ociosidad descuidada. //
Suele el coser y el labrar ( bordar) / y el estar
siempre ocupada / ser antídoto al veneno / de las amorosas ansias. //
Las doncellas recogidas / que aspiran a ser
casadas, / la honestidad es la dote / y
la voz de sus alabanzas.//
Los andantes caballeros / y los que en la
corte andan / requiébranse ( halagan y piropean ) con las libres, / con las honestas se casan.//
Hay amores de levante, /que entre huéspedes
se tratan, / que llegan presto al poniente, / porque en el partir se acaban.//
(Para algunos transeúntes (huéspedes), el amor es como la salida y puesta del sol).
El amor recién venido, / que hoy llegó y se
va mañana, / las imágenes no deja / bien impresas en el alma//.
La firmeza en los amantes / es la parte más
preciada, / por quién hace amor milagros/
y a sí mismo los levanta. //
Cuando don
Quijote terminó de cantar descolgaron desde una ventana encima de su dormitorio
una cuerda que llevaba atados más de cien cencerros. Al final de la cuerda, un
saco lleno de gatos con cencerros atados a las colas. Algunos gatos entraron en
su dormitorio y, en sus carreras, apagaron las velas; los maullidos de los gatos
y el ruido de los cencerros le hicieron creer a don Quijote que habían llegado
sus enemigos encantadores; sacó la espada y comenzó a dar reveses a diestro y
siniestro; uno de los gatos le saltó a la cara y le dejó “acribado el rostro”
(como una criba o un colador). Los duques entraron para ayudarle. Altisidora le
curó las heridas y, con voz baja, le dijo que lo que le había ocurrido era por
su dureza con ella; que, mientras ella viviese, ojalá Dulcinea se mantenga encantada y no la
pueda gozar, porque lo adoraba. Pesarosos los duques por la dura burla que le habían gastado, lo dejaron que descansara.
No le contestó
don Quijote, solamente suspiró y se recostó en su lecho: tuvo que guardar cama
durante cinco días.
Comentario
Posibles
interpretaciones:
a)
Existencial
El amor puede
dar lugar a un insatisfecho estado de paz espiritual: ¡Oh, dulces prendas por
mi mal halladas!, nos decía Garcilaso. Esta situación afectiva fue, mutatis
mutandis, la que sufrió don Quijote cuando oyó la parodia amorosa que
representó Altisidora en el capítulo anterior, porque la razón le decía que su
amor era para otra persona: Dulcinea. Lo dijo anteriormente: “Llore o cante
Altisidora, desespérese Madama, por quien me aporrearon en el castillo del moro
encantado, que yo tengo que ser de Dulcinea cocido o asado, limpio, bien criado
y honesto, a pesar de todas las potestades hechiceras de la Tierrra”. Se lo
reitera más adelante en sus consejos: “La firmeza en los amantes / es la parte más preciada, / por quien hace
amor milagros / y a sí mismo los levanta /.
Su experiencia
amorosa anterior la había tenido en la venta de Juan Palomeque, el Zurdo, en
I,16. Don Quijote soñaba en el camaranchón con la hija del ventero, pero en vez
de ésta cayó en sus brazos Maritornes, y las consecuencias fueron desastrosas
porque fue “aporreado”. Tales golpes se le quedarían gravados como nos recordó
en el capítulo anterior: “Llore o cante Altisidora, desespérase Madama, por
quien me aporrearon en el castillo del moro encantado, que yo tengo de ser de
Dulcinea, cocido o asado, , limpio, bien criado y honesto, a pesar de todas las
potestades hechiceras de la tierra”.
Era amigo de
dar consejos sobre el amor y la honestidad: “La mujer hermosa y honrada cuyo
marido es pobre merece ser coronada con laureles..”, les decía a Basilio y Quiteria, después de las Bodas de
Camacho. Honestidad que vuelve a resaltar en los consejos a Altisidora: “Las
doncellas recogidas / que aspiran a ser casadas, la honestidad es la dote / y
voz de sus alabanzas.//.
Lamentablemente,
sus consejos lo único que consiguen es “irritar la feminidad social”, como dice el profesor Joaquín Casalduero. Los gatos le llenan la cara de arañazos y la misma Altisidora lo
cura, mientras le dice al oído: “Todas estas malandanzas te suceden,
empedernido caballero, por el pecado de tu dureza y pertinacia; y plega a Dios
se le olvide a Sancho, tu escudero, el azotarse, porque nunca salga de su
encanto esta tan amada tuya Dulcinea, ni tú la goces, ni llegues a tálamo con
ella, a lo menos viviendo yo, que te adoro”. ¡Pobre don Quijote, el amor, un
valor absoluto para ti, es utilizado como burla por otros!. Cierto relativismo
encuentro en este capítulo
b)
Desde el punto de vista de la filosofía realista
Las personas nos movemos por aquello que nos es
beneficioso. A veces ni siquiera reparamos en las consecuencias que tendrán
nuestras acciones. Los duques se habían propuesto pasárselo lo mejor posible a
costa de don Quijote y para nada consideraron los medios. Le dicen a Altisidora
que parodie sus escenas de amor, sin importarle cómo las sentirá don Quijote:
éste es un mero instrumento en sus manos. Desde el punto de vista de personas que quieren ser graciosas en sus bromas, pero en absoluto la tienen, analiza este capítulo la profesora Monique July: Destaca la profesora que estas conclusiones de cortesano que quiere ser chistoso, pero no tiene gracia, es lo que quiere destacar Cervantes
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