Sancho durmió aquella noche en la
misma habitación que don Quijote, pero se hubiese excusado de ello si hubiera
podido, porque sabía que su señor no le
dejaría dormir. En efecto, nada más entrar en la habitación, don Quijote le
preguntó por la opinión que le merecía lo que había presenciado de la muerte de
Altisidora. Sancho le contestó que la salud de la doncella, “una joven más antojadiza que discreta”, nada
tenía que ver con los alfilerazos que a él le habían dado, sino más bien con
encantadores que había en el mundo, y que por favor, le dejara dormir porque “el sueño es alivio de las miserias de los
que las tienen despiertos”.
(Cide Hamete cuenta a
continuación, que el bachiller Sansón Carrasco pasó por el castillo de los
duques, porque el mensajero que le llevó la carta a Teresa le dijo que éstos estaban
allí. Se presentó y le contó su plan al duque. Este, a su vez, le habló de las burlas y engaños que les habían hecho. El
bachiller salió en busca de don Quijote. El duque le había pedido que una vez
se enfrentase con don Quijote, pasase
por allí y le contase lo ocurrido. Enterado el duque de que don Quijote
regresaba vencido, camino de su aldea, mandó a sus hombres que lo buscasen por
todos los caminos y lo trajesen. Cide Hamete, concluye diciendo que “tiene para
sí ser tan locos los burladores como los
burlados…”.)
A la mañana siguiente se presentó
Altisidora, vestida con una túnica corta, en el aposento en que ellos se encontraban. Don Quijote rápidamente
se cubrió con la ropa de la cama. Altisidora, sentada junto a la cabecera de
don Quijote y, tomando como referencia el verso de Garcilaso: ! Más duro que mármol a mis quejas! le dijo que había perdido la vida por haber reprimido
honestamente el amor que por él sentía y que no la hubiese recuperado si Sancho
no se hubiera martirizado. Le preguntó Sancho por lo que había visto en el
infierno.
Le dijo Altisidora que desde la
puerta vio cómo unos diablos jugaban a la pelota (con las almas de los condenados, según la imaginación medieval (F.Rico)) con unas palas de fuego. Lo
hacían con libros muy poco provechosos y todos los destrozaban. Se sorprendió
porque uno de esos libros, nuevo y reciente, compuesto por un autor que dice
ser de Tordesillas, titulado: Segunda
parte de la historia de don Quijote de la Mancha, lo destrozaron por
completo y lo arrojaron a los abismos. Dijo don Quiote que no le sorprendía
nada la visión de Altisidora, porque “No
hay otro yo en el mundo”. A continuación le dijo don Quijote que sentía que
hubiese sufrido y muerto por él, pues nada podía hacer porque su corazón era de
Dulcinea y “nadie se puede obligar a lo
imposible”. Altisidora, llena de ira le increpó llamándolo “don bacallao” (escuálido, amojamado) y
“don vencido”, que su amor había sido fingido y que jamás hubiese dejado
morirse por él. Sancho intervino para decir que “esto del morirse los enamorados es cosa de risa: bien lo pueden ellos
decir, pero hacer, créalo Judas”.
A continuación entró el músico
que entonó las estancias la noche anterior y dado que algunos de los versos
pertenecían a Garcilaso le preguntó don Quijote que qué tenían que ver con la
muerte de Altisidora. El músico le respondió: “No se maraville vuestra merced de eso (…), que ya entre los intonsos
poetas (principiantes) de nuestra
edad se usa que cada uno escriba como quisiere y hurte de quien quisiere, venga
o no venga a pelo de su intento, y ya no hay necedad que canten o escriban que no se atribuya a licencia poética”. Entraron
después los duques. La duquesa le pidió su opinión sobre Altisidora; don
Quijote le contestó que “todo el mal de
esta doncella nace de la ociosidad, cuyo remedio es la ocupación honesta y
continua”. Sancho coincidió con don Quijote. Entró Altisidora y volvió a
escenificar improperios contra don Quijote. El duque respondió con los siguientes versos de un romance; “Porque aquel
que dice injurias / cerca está de perdonar” ( se refiere a los enamorados)
Después de comer con los duques,
partieron del castillo.
Comentario
Analizado el capítulo desde el
realismo filosófico, nos llevaría a los siguientes hechos: Sancho, si hubiera
podido, no hubiera dormido en la misma habitación que don Quijote porque sabía
que no lo dejaría dormir, ya que había vivido muchas sorpresas, especialmente
la muerte de Altisidora por el desamor que éste le demostró. Sus pronósticos se
cumplen y nada más entrar en la habitación, don Quijote le pregunta: “¿Qué te
parece, Sancho, del suceso de esta noche?. Sancho le responde que nada tenía
nada que ver con ella, que era una “doncella más antojadiza que discreta (…)
Ahora sí que vengo a conocer clara y distintamente que hay encantadores y
encantos en el mundo, de quien Dios me libre, pues yo no me sé librar”. Los
encantadores son los hombres y los encantos, las mentiras y engaños que trazan.
Sancho se dio cuenta ya, en el capítulo anterior, cuando le echaron encima el sambenito y le
pusieron el capirucho pintado con llamas y diablos: “como no le quemaban no
las estimaba en dos ardites”. Cuando le
dicen que tiene que sufrir los alfilerazos y los pellizcos, contesta: “¡Esas
burlas a un cuñado, que yo soy perro viejo, y no hay conmigo tus, tus!”, es
decir, a otro con estas bromas, que a mi no me engañáis. De acuerdo con lo
anterior, lo único que desea es dormir, porque “el sueño es alivio de las
miserias de los que las tienen despiertos”. Efectivamente, desgracia e
infortunio, es lo que tuvo él, por culpa de las mentiras y burlas de los
duques.
Esta interpretación realista,
basada en la identificación encantadores con embusteros y mentirosos, se vuelve
a reiterar más adelante cuando Cervantes explica por boca de Cide Hamete cómo
los duques le dijeron al bachiller: 1. La burla que Sancho había hecho a don
Quijote “dándole a entender que Dulcinea estaba encantada y transformada en
labradora; 2. La burla que ellos le habían hecho a don Quijote “con la traza
del desencanto de Dulcinea, que había de ser a costa de las posaderas de
Sancho; 3. El engaño de la duquesa a Sancho, queriéndole hacer creer que
Dulcinea estaba encantada; 4. La brutal llamada de Altisidora a don Quijote: ¿Pensáis
por ventura, don vencido y don molido a palos que yo me he muerto por vos?.
Todo lo que habéis visto esta noche ha sido fingido”.; 5. La interpretación de Sancho sobre las mentiras
del desamor: “…esto del morirse los enamorados es cosa de risa: bien lo pueden
ellos decir, pero hacer, créalo Judas”.
Asistimos después a la escena de
Altisidora, sentada junto al lecho de don Quijote, como se sentó doña Rodríguez
en el capítulo XLVIII. Sancho le pregunta por lo que ha visto en el infierno y
ésta contesta narrando una escena quevedesca en la que los diablos van jugando
con palas de fuego con los malos libros. Destaca entre ellos el falso don Quijote,
tan malo que ni siquiera lo quieren para jugar. Esto le sirve a él para decir que “No hay otro
yo en el mundo”. Una frase a la que Unamuno, en Vida de don Quijote y Sancho, le atribuye una especial
significación: “He aquí una sentencia que no hemos de olvidar nunca (…)Cada uno
de nosotros es único e insubstituible(…)Cada cual de nosotros es absoluto.”.
Personalmente entiendo que la frase anticipa la teoría de la individualidad del
yo. El hecho de que se forma la conciencia por la interacción de la mente con
el mundo que la rodea. Proceso individual que da origen a la persona. (Los que
estén interesados por estos problemas pueden consultar el libro de Popper: El yo y su cerebro ).
La última escena en la que la
duquesa le pregunta a don Quijote que si Altisidora ha vuelto a su gracia, éste
le responde que “todo el mal de esta doncella nace de ociosidad, cuyo remedio
es la ocupación honesta y continua”. Lo anterior, entiendo que lo dice don
Quijote, desde un punto de vista irónico, ya que Altisidora le ha dicho que en
el infierno, las doncellas pasan el tiempo haciendo randas (encaje de bolillos).
“Y pues ella las debe de saber hacer, no las deje de la mano”.
Otras interpretaciones
1 Para el catedrático Avalle Arce, en Don Quijote como forma de vida, analiza
toda la aventura de Altisidora como una parodia esperpentizadora del amor
cortés: “El regocijado tono de las aventuras no nos debe hacer perder de vista
el hecho fundamental de que todo el episodio está montado sobre lugares comunes
del amor cortés. Si invertimos una vez más los papeles podemos decir que
Altisidora es a Grisóstomo lo que don Quijote es a Marcela, y en la base de la
tragedia, o de su parodia se halla el fiel amante”.
2. Para el catedrático Joaquín Casalduero, la actuación de
Altisidora habría que situarla en el sentido educador de la novela, pues “la
comedia de Altisidora –lo mismo sucederá con cierta comedia del Barroco, y aún
más del Rococó- tiene como verdadero desenlace una lección para la vida práctica.”
3, Para la hispanista y catedrática de la Universidad de Montpellier Monique Joly, en su comentario a este capítulo, destaca dos aspectos: a) El homenaje que Cervantes hace a la poesía de Garcilaso cuando Altisidora, increpa a don Quijote por haberla desdeñado. Pone la doncella como base de su afrenta el verso de la Égloga I ! Oh más duro que mármol a mis quejas! Todo ello sirve para resaltar la farsa y burla de la representación burlesca de Altisidora.
b) La visita de Altisidora al otro mundo le sirve a Cervantes como pretexto para hacer un ataque a Avellaneda. Esto le sirve de prólogo para criticar las prácticas que usan los actuales poetas. También es significativo que entre en la habitación de don Quijote el músico y poeta que en el capítulo anterior cantó una estancia queriendo imitar a Garcilaso y le salió como aquel pintor de Orbaneja del capítulo 2.III, que pintaba "lo que saliere"
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